El/la influencer que llevamos dentro
🗣 Que levante la mano toda persona que haya oído hablar de la palabra influencer.
Si tienes menos de 99 años probablemente tengas tu brazo en alto, porque seguro que has pensado en esa persona humana a la que sigues en cualquier red social y que influye en tu manera de pensar, de actuar… y de comprar.
Esta semana habrás escuchado el caso de Cristiano (Cristiano Ronaldo, el futbolista…, el portugués, el que estuvo en el Madrid leñe). Al parecer le hizo la 13-14 a Coca-Cola en una rueda de prensa y por eso bajaron las acciones de la compañía en no sé cuánto… (que al final no era verdad, es que ese mismo día pagaron el dividendo y por eso el descuento, pero eso ya para otra ocasión lo hablamos).
Es algo ya habitual conocer el poder de arrastre que tienen estas personas en el siglo XXI, pero hagamos un ejercicio de reflexión: en realidad todos somos influencers en mayor o menor medida, ¿no?
Comprobémoslo:
¿Alguna vez has aconsejado a alguien comer en un restaurante? ¿Quizá una estancia en un hotel?
¿Le has dicho a alguien qué champú no comprar?
¿Has advertido a alguien que fuera con cuidado con una tercera persona?
Probablemente hayas cumplido con todos los puntos, así que no debería sorprendernos la influencia que ejercen esos personajes tras la pantalla de nuestro Instagram.
Y aquí viene el tema candente: desde el año pasado existe un código de conducta para los influencers que les obliga a anunciar cuando un contenido es promocional o están recomendando algo por lo que les pagan, pero la mayoría se lo pasa por… alto.
Entonces, moraleja de todo esto, algo que ya sabes pero no viene mal recordar: ve con cuidado con lo que escuchas y a quién haces caso, no vaya a ser que lo único que quieran es tu dinero y no exclusivamente tu bienestar 😎
Y si tienes cuñao, cuidado doble 😇